sábado, 10 de mayo de 2008

Antiguos fantasmas

¿los fantasmas siempre vulven? ¿que hay en la cabeza para que los recuerdos vuelvan?
hablo de sentimientos. Ya escribí que los sentimientos nos hacian estar vivos, nos obligaban simplemente a respirar; pero lo de lo que no quería darme cuenta era de que en el peor día -en el mejor sentido de la palabra; esos sentimientos te acechan; te llaman al timbre y no tines más que invitarles a pasar. Como dice la canción `I´m looser´ en este tema. Asi que lo dejo pasar, timpo al tiempo.

Tambien quería hablar de la amistad, y hacer un breve comentario-argumento sobre esos segundos en los que tu amigo te demuestra que parte de alma te pertenece, te la ha cedido, te la regaló sin más, sin ningún tipo de prejuicios ni peros, ni si quiera condiciones... increible la sensación que te recorre por la espalda cuando te das cuenta del gran tesoro que tienes...¿El bacalao que conversó con Robbinson es un amigo?

Para termianar esta nueva actualización me he dado cuenta de que mi blog es demansiado heterogéneo, no sé si eso será bueno, sin más...a modo de diaro -pienso yo.¿Debería centrame en un tema en este agujero?

Saludos, abrazos y achuchones a montones para el lector de este blog que no sé si existe

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que a todos nos ocurre que los fantasmas nos acechan! sentimientos pasados que en el momento menos pensado vuelven a formar parte de nuestro presente. Entonces deberíamos plantearnos lo que significa volver a tener ese sentimiento presente, si no sería necesario abrir más de vez en cuando la caja de pandora, ponerse trajes antiguos y llenarnos de sentimientos anteriores, porque..."cualquier tiempo pasado fue mejor" o quizás no...debemos dejar pasar el tiempo y pensar que en algún momento ese sentimiento se extinguirá y... si no se extingue? y si nos persigue hasta el final de nuestros días? y si nos damos cuenta que hicimos mal rechazando ese sentimiento?, qué hacer entonces?creo que hay que vivir cada sentimiento, cada momento, cada oportunidad hasta que se agoten y nunca dejar escapar el sentimiento que nos acecha pues ahí puede residir el epicentro de nuestra felicidad.

Anónimo dijo...

Esos fantasmas... que vienen a recordarte que, de lo que tuviste, ya no queda nada. Esos mismos que, nos hacen respirar y a veces hasta nos quitan la respiración.


Ah, y personalmente, creo que deberías hablar de lo que te apetezca, esas serán palabras sinceras, el resto... forzadas.